En diciembre de 2009 la multinacional canadiense Pan American Silver compró los proyectos Navidad en Chubut y Calcatreu en Río Negro. Pero el vino vale más que el cáliz, dijo uno.

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Por Luis Manuel Claps

El 17 de marzo de 2013, Cristina Fernández acudió a la primera audiencia oficial concedida por Jorge Bergoglio ya convertido en el papa Francisco.

Unos días después se anunció que Manantial Espejo, la mina que la canadiense Pan American Silver explota en Santa Cruz desde hace diez años, aportaría el lingote de plata para hacer el cáliz que consagraría al nuevo sumo pontífice.

La Agencia Télam publicó la noticia el 23 de marzo de aquel año, fecha emblemática para el movimiento ambientalista patagónico por ser el décimo aniversario de la consulta por el no a la mina de Esquel.

Pan American Silver, una de las mayores productoras de plata del mundo, también aportó la silver para el bastón presidencial de Cristina cuando asumió la jefatura del Estado en diciembre de 2011.

San Francisco de Asís es el patrono de la ecología y el papa eligió el nombre Francisco por él. Al regresar por primera vez a América Latina como papa, Francisco proclamó el 22 de julio de 2013 en Brasil: “No traigo oro ni plata, sino mi bien más preciado, que es Cristo”.

En noviembre de 2013, Francisco se tomó una fotografía sosteniendo una camiseta con la inscripción: “El agua es más valiosa que el oro”.

En mayo de 2015, el papa publicó la encíclica “Laudato si (Alabado seas): Sobre el cuidado de la casa común”. El texto menciona a la minería una sola vez: “Las exportaciones de algunas materias primas para satisfacer los mercados en el Norte industrializado han producido daños locales, como la contaminación con mercurio en la minería del oro o con dióxido de azufre en la del cobre”.

Otros líderes de la iglesia católica de América Latina como Fernando Sáenz Lacalle en El Salvador, Gaspar Quintana en la diócesis de Copiapó, Chile, y Álvaro Ramazzini en San Marcos, Guatemala, son críticos de la explotación minera a gran escala.

Según la página web de la Conferencia Episcopal Latinoamericana (Celam), los obispos de la Patagonia coincidieron en la necesidad de “interrogar a la minería a gran escala y sus impactos sociales y ambientales”.

La postura anti-minera comenzó a manifestarse a partir de 2004, cuando el entonces obispo de la Diócesis de Bariloche, Fernando Maletti, cuestionó lo que parecía la inexorable expansión de la extracción de oro a cielo abierto con uso de cianuro en la Línea Sur de Río Negro.

El proyecto Calcatreu se explotaría en el paraje Lipetrén, a unos cuarenta y cinco kilómetros al sur de Ingeniero Jacobacci.

El documento “Reflexiones sobre los problemas que presenta la actividad minera” (2004), elaborado por el Departamento de Pastoral Social, fue distribuido como cuadernillo ilustrado en todas las parroquias de la diócesis.

En junio de 2005, respondiendo a una intensa presión social, el entonces gobernador Miguel Saiz anunció públicamente su oposición al uso de cianuro: “No vamos a poner en riesgo la salud de un solo rionegrino por más gramos, kilos o toneladas de oro que se puedan extraer”.

El Consejo Provincial de Ecología y Medio Ambiente rechazó el Informe de Impacto Ambiental del proyecto mediante una fundada resolución. El Concejo Deliberante de Maquinchao prohibió el uso de cianuro y lo mismo hicieron los municipios de Sierra Colorada y Ramos Mexía. La Legislatura de Río Negro aprobó la Ley 3981 que prohibió el uso de cianuro en la actividad minera.

Pero en diciembre de 2011 cambió el gobierno y la legislatura aprobó la ley 4738 que habilitó el uso de cianuro. En respuesta, unos 3000 manifestantes ocuparon el Centro Cívico de Bariloche en contra la megaminería. Sin embargo, ningún proyecto minero avanzó en la provincia desde entonces.

En 2006 la Conferencia Episcopal Argentina publicó el documento “Una Tierra para todos“, con la firma del entonces arzobispo de Buenos Aires Jorge Bergoglio. El libro, citado en la nota el pie número 113 de Laudato Si, señala que “Estos emprendimientos mineros afectan gravemente el desarrollo y supervivencia de las comunidades ya que, muchas veces, buscan su apoyo mediante la aparente solución a sus necesidades de trabajo y el otorgamiento de dádivas y regalos.”

El entonces obispo de Chubut Virginio Bressanelli acompañó a Maletti con una declaración emitida en octubre de 2009: “Nos preocupan los excesos que compañías mineras han cometido, en períodos recientes, especialmente en países pobres y/o en vías de desarrollo, dañando gravemente su biodiversidad y el equilibrio de la naturaleza.”

Bressanelli se refería al megaproyecto de plata y plomo conocido como Navidad, ubicado en la meseta central de Chubut, unos 140 km al sur de Calcatreu. En diciembre de 2009, Pan American Silver compró a la operadora de los dos proyectos, la junior canadiense Aquiline Resources.

Navidad contiene cien veces más plata que Calcatreu y Manantial Espejo juntas. Se obtendrían unos seiscientos treinta millones de onzas de plata, casi la misma cantidad que produciría el cuestionado megaproyecto Pascua Lama en la provincia de San Juan. Pero la minería de metales a cielo abierto está prohibida en la provincia de Chubut desde el año 2003, cuando la población de Esquel rechazó a la canadiense Meridian Gold.

En febrero de 2013, la Agencia Informativa Católica Argentina (AICA) informó que el padre David García SDB, párroco de Gan Gan, poblado cercano al proyecto Navidad, fue objeto de “intimidaciones y agresiones de exempleados de una compañía minera de la zona, que lo tildaron de ser el responsable de sus despidos”.

El padre David forma parte del Equipo Nacional de Pastoral Aborigen (Endepa), que apoya a los pueblos indígenas en el reclamo por el reconocimiento legal de sus territorios y forma parte de las asambleas que se oponen a los proyectos mineros, equipo que el propio Francisco ayudó a conformar mientras era arzobispo de Buenos Aires. La minería y la fe mueven montañas.

El artículo 75 y de la Constitución Nacional y el artículo 34 de la Constitución Provincial de Chubut establecen “la participación de los pueblos indígenas en la gestión referida a los recursos naturales y en los demás intereses que los afecten”.

El Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) impone a los Estados el deber de consultar a los pueblos indígenas siempre que se estudie, planifique o aplique cualquier medida susceptible de afectarlos.

La plata se extrae en más de cuarenta países como subproducto de la minería del oro y el cobre. Pan American Silver opera en dos distritos tradicionalmente dependientes de la minería: Potosí en Bolivia (mina San Vicente) y Morococha en los Andes del Perú.