El agua contaminada por el mayor desastre ecológico de la minería mexicana, ocurrido en agosto del 2014, amenaza hoy los mantos freáticos que surten a la capital del estado de Sonora, al noroeste de aquí. El derrame tóxico del Grupo México, emporio minero, está llegando a los mantos que recargan los pozos para abastecer el 60 por ciento de la población de Hermosillo, informó la Comisión Nacional de Agua (Conagua).

Fuente: Prensa Latina

El 6 de agosto de 2014 sobrevino el mayor desastre ecológico en la historia de la minería mexicana por la negligente operación de la empresa Buenavista del Cobre (del Grupo México) que derramó 40 mil metros cúbicos de lixiviados atestados de metales pesados.

La contaminación fluyó por todo el río Sonora, dejando sin agua a 25 mil habitantes de siete municipios, hasta que finalmente los contaminantes quedaron depositados en la presa Rodolfo Félix Valdez “El Molinito”, que Conagua está aliviando en previsión de inundaciones por la temporada de lluvias y ciclones tropicales.

David Contreras, director de Agua de Hermosillo, reconoció que el gobierno municipal no cuenta con plantas potabilizadoras que eliminen metales pesados.

Activistas y habitantes de la zona rural al oriente de Hermosillo, se manifestaron en las oficinas de la delegación estatal de Conagua para exigir que se detenga el desfogue de la presa hasta garantizar que no exista riesgo para la población.

También exigieron al Grupo México que realice una descontaminación total de la cuenca hidrológica e instale plantas potabilizadoras para eliminar los metales pesados en cada uno de los pozos.

Reina Castro, especialista en ecología marina del departamento de Investigaciones Científicas y Tecnológicas de la Universidad de Sonora, advirtió a los hermosillenses que la situación es muy preocupante y que hervir o clorar el agua no sirve de nada cuando se trata de contaminación por metales pesados.

Los últimos estudios conocidos de la presa El Molinito, datan de octubre y noviembre; en el agua hay aluminio y hierro por encima de la norma mexicana, pero lo que más nos preocupa es la presencia de arsénico en sus formas más nocivas que son tetravalente y pentavalente, indicó la experta.

Estamos hablando de entre cuatro a cincuenta veces más de lo permitido por la norma internacional”, advirtió.