Barrick Gold, Kinross Gold y Goldcorp reportaron que juntas “pierden” u$s 16.000 millones por año. Lejos de estar en situación de quiebra o consurso, las supuestas pérdidas que señalan son por ajustes contables en el valor en menos de sus reservas por la caída de los precios. Por otra parte, estos registros inducen un beneficio colateral a las empresas del sector ya que por merma del valor de los activos y ventas, tributarán todavía menos impuestos por sus rentas, carga que ya se encuentra muy reducida por las legislaciones que las benefician a nivel tributario en muchos países.

 

Fuente: El Cronista Comercial

Tres de las mineras de oro más grandes del mundo dieron a conocer pérdidas anuales que juntas ascienden a u$s 16.000 millones.

Estos resultados subrayan el urgente cambio que el sector se está viendo obligado a hacer debido a la abrupta caída que registraron los precios y los sobrecostos que encarecen los proyectos complejos.

Barrick Gold, Kinross Gold y Goldcorp también redujeron las estimaciones de sus reservas entre 15% y 33%. Como consecuencia de la menor cotización del oro, las mineras tuvieron que volver a calcular el valor de sus activos que aún están bajo tierra.

Barrick afirmó que disminuirá la producción hasta 16% este año, tras años de crecimiento que la convirtieron en la minera del metal precioso número uno del mundo.

El precio del metal amarillo cayó 27% durante 2013. Si bien se está recuperando desde que comenzó este año (subió 9,4% en 2014), las mineras de oro se ven obligadas a asumir que por su producción recibirán menores precios que hace un año y se apuran por reducir costos, que sufrieron aumentos durante una década de expansión del sector. “La realidad es que nuestra industria es cíclica y tenemos que brindar retornos no importa cuáles sean los precios,” aseguró Jamie Sokalsky, CEO de Barrick.

Las mineras de oro tienen que lidiar con una demanda que es más incierta comparado con la mayoría de los otros metales preciosos o básicos, que se ven impulsados por su uso industrial. En cambio, el oro se compra como joya o como instrumento financiero y hasta el año pasado su cotización había subido todos años desde 2001.

Muchas mineras buscaron crecimiento embarcándose en proyectos más riesgosos en condiciones operativas mucho más complejas. Barrick el año pasado suspendió la construcción de su mayor proyecto nuevo, la mina Pascua-Lama ubicada sobre Argentina y Chile a casi 5.000 metros de altitud.

Barrick anunció una pérdida neta trimestral de u$s 2.800 millones después de asimilar una similar cantidad de pérdidas por ajustes de valor ligados a Pascua Lama y otras minas. Eso aportó al rojo anual de u$s 10.300 millones que registró el grupo, donde el fundador Peter Munk cederá su puesto de presidente del directorio a John Thornton, un ex banquero de Goldman Sachs, durante el transcurso de este año.

El año pasado, Barrick también tuvo que recaudar capital por u$s 3.000 millones para disminuir el peso de su deuda.
Barrick informó que este año disminuirá la inversión de capital aproximadamente en un 50%, pero advirtió que los costos operativos generales podrían incrementarse 7% debido que una de sus minas más grandes está teniendo una menor producción.

Kinross y Goldcorp, dos compañías canadienses que también se encuentran entran entre las seis mineras de oro más grandes del mundo, también se vieron perjudicadas por la caída de la cotización del metal precioso.

Kinross reveló un resultado negativo anual de u$s 3.000 millones debido a la pérdida de u$s 2.300 millones ajustes en el valor de sus activos. Goldcorp debió enfrentar un débito fiscal por u$s 736 millones después de que México cambió su ley tributaria aplicada a las mineras y perdió u$s 1.100 millones en los últimos tres meses, lo que condujo a una rojo neto de u$s 2.700 millones para el año 2013.